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miércoles, 23 de febrero de 2011

CUENTO "EL ZAPATERO


Hace mucho, mucho tiempo un zapatero, el hombre ya muy viejecito y cansado y claro, al hacer los zapatos, pues uno le salía mas grande y otro más pequeño y cuando se lo ponía el dueño, no había forma de andar, ¡un auténtico desastre!. El hombre estaba desesperado ¡pobre zapatero!. El caso es que un día, se le apareció un duendecillo, que prometió enseñarle la magia de una nueva canción, lo único difícil era tratar de cantarla al mismo tiempo que cosía, pero éste duende le insistió mucho en que de hacerlo así, el resultado sería siempre perfecto. El hombre se puso manos a la obra y empezó:

“ Envolviendo, desenvolviendo,
estira, estira y pam, pam, pam”
Envolviendo, desenvolviendo,
estira, estira y pam, pam, pam”

Efectivamente, la primera vez que lo cantó unos zapatos ¡preciosos le salieron!, entonces se puso a hacer zapatos, más zapatos y ¡más zapatos! hasta caer rendido el pobre hombre. Al ratito, llamaron a la puerta “toc, toc, toc”, el zapatero se despertó y creyó oír algo, pero se volvió a echar a dormir porque sonaba tan flojito... “toc, toc, toc”, se despertó esta vez el hombre, seguro de que había oído algo, fue hacia la puerta, la abrió, miró hacia un lado, miró hacia otro y nada. Estaba a punto de cerrar la puerta, miró hacia abajo y vio un enanito, que se había hecho un agujero en el zapato y pidió al zapatero que se lo arreglase, pero el zapatero nunca había hecho zapatos tan pequeños. Entonces el zapatero se acordó de la canción y dijo “si canto la canción normal, me salen zapatos normales, pero si la canto flojito, a lo mejor me salen zapatos pequeñitos, voy a probar”, entonces, el zapatero cantó la canción muy flojito.

 “Envolviendo, desenvolviendo,
estira, estira y pam, pam, pam”
Envolviendo, desenvolviendo,
estira, estira y pam, pam, pam”

Efectivamente le salieron uso zapatos pequeñitos, el enanito se los calzó y se fué muy contento diciendo adiós al zapatero. 
Así pues, el zapatero se dispuso a reanudar la siesta que le habían interrumpido y se quedó dormido, cuando de repente, la casa entera comenzó a vibrar y con mucho miedo fue a abrir la puerta, la abrió y vio un zapato enorme, siguió mirando para arriba hasta que vio la cabeza de un gigante muy enfadado, porque se había roto el zapato. El gigante quería que el zapatero se lo arreglase, pero el pobre hombre pensó que un zapato tan grande no podía meterlo en su casa, ni tendría cuero suficiente para arreglarlo. El gigante insistió. Entonces el zapatero se acordó de la canción y pensó que quizá cantándola muy fuerte, le saldrían zapatos muy grandes. Así que lo intentó.

 “Envolviendo, desenvolviendo,
estira, estira y pam, pam, pam”
Envolviendo, desenvolviendo,
estira, estira y pam, pam, pam”

Efectivamente le salieron unos zapatos enormes, grandísimos, el gigante se los calzó y en dos zancadas se alejó diciendo adiós al zapatero.
Esa era la vida del zapatero, que durante años todos los dias hacía toda clase de zapatos.

Colorín, colorado, este cuento, se ha acabado

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